
Terra Verde
2 Minutos
Te dejamos 5 Tips para recuperarte más rápido después de una enfermedad
Fecha de publicación:
9 jul. 2025
Después de atravesar un proceso de enfermedad, tu cuerpo queda más vulnerable y con las reservas bajas: no alcanza con dejar de tener fiebre o dolor de garganta. Para recuperar tu energía y reforzar las defensas, hace falta un plan que combine alimentos nutritivos, bebidas revitalizantes y hábitos que promuevan la reparación celular.
En esta nota vas a encontrar cinco estrategias prácticas —desde una bebida casera de electrolitos hasta ejercicios de respiración consciente— pensadas para acompañar tu recuperación de manera integral.
¡Empecemos!1. Hidratación con electrolitos caseros
Mantener un buen nivel de electrolitos es clave tras la enfermedad: regula el equilibrio hídrico, el pH sanguíneo y la función muscular. Preparar tu propia bebida casera garantiza una absorción óptima de sodio, potasio y bicarbonato.
Receta básica (1 L):
1 L de agua filtrada
¼ cdita de sal marina
¼ cdita de bicarbonato de sodio
1 cda de jugo de limón
1 cdita de miel
Beneficios clave:
Sodio y cloro: regulan el volumen sanguíneo y evitan calambres.
Bicarbonato: equilibra el pH y retrasa la fatiga muscular.
Potasio (del limón): fortalece la función cardíaca y nerviosa.
Miel: mejora la absorción de agua y aporta energía rápida.
2. Descanso reparador
Dormir bien no es un lujo: es un acto de sanación. Durante el sueño profundo se sincronizan los procesos de reparación celular y se regula el sistema inmunitario.
Rutina de noche: Cerrá pantallas 30 min antes de acostarte y hacé una actividad relajante –un baño tibio, lectura o estiramientos suaves– para preparar al cuerpo.
Siestas cortas: Si te sentís muy fatigado, incorporá una siesta de 20 – 30 min después del almuerzo para recargar energía sin desequilibrar el sueño nocturno.
3. Movimiento suave y progresivo
Activar la circulación estimula la oxigenación de tejidos y favorece la eliminación de toxinas. No hace falta exigirte: lo importante es empezar despacio.
Caminatas diarias: Salí a caminar 15–20 min al ritmo que te resulte cómodo. Sumá un minuto extra cada día hasta llegar a 30 min.
Estiramientos matutinos: Dedicá 5 – 10 min al despertar para mover hombros, cuello, columna y piernas. Mejoran la postura y alivian tensiones.
Yoga o pilates suaves: Incorporá clases online o presenciales de nivel iniciación, enfocadas en respiración y flexibilidad.
4. Exposición solar inteligente
La vitamina D es vital para el sistema inmunitario y la salud ósea. Tomar sol de forma responsable potencia tu recuperación.
Momentos óptimos: 10–15 min de sol directo entre las 9 am y las 11 am, sin protector. Si tu piel es muy sensible, empezá con 5 min y subí progresivamente.
Anclaje diario: Asociá la toma de sol a una rutina fija (antes del desayuno o con tu infusión mañanera) para no olvidarte.
Complemento alimentario: Si vivís en ciudades con poco sol, considerá suplementos de vitamina D bajo recomendación profesional.
5. Mindfulness y respiración consciente
El estrés crónico reduce las defensas y prolonga la recuperación. Incluir ejercicios de atención plena calma la mente y regula el sistema inmunitario.
Respiración diafragmática: 5 min, 3 veces al día. Inspirá contando hasta 4, retené 2 segundos y exhalá en 6.
Pausas de “check–in”: Cada vez que te laves las manos o antes de comer, ponete 10 segundos para notar tu cuerpo y tu respiración.
Incorporar estos hábitos de forma progresiva te ayudará a reforzar tu organismo y a sentirte con más energía cada día. La clave está en la constancia y en combinar una alimentación nutritiva con cuidados integrales: ¡tu cuerpo te lo agradecerá!
Tip extra: Elegí un hábito a la semana y anotá en tu celular o en un cuaderno cómo te sentís. Así vas reconociendo el impacto positivo y te motivás a seguir avanzando. ¡Listo para poner en práctica? Contanos cómo te va y compartí tus avances con la comunidad Terra Verde